En 1509, en la capital francesa, el célebre humanista holandés Erasmo de
Rotterdam, publicó su obra Elogio de la Locura, que había sido escrita
en casa de Tomás Moro, íntimo amigo del autor, al que éste, por cierto, dedica
el libro, reconociéndole el mérito de seguir a Demócrito en eso de reírse de la
locura humana.
Las páginas de Erasmo discurren a través de las reflexiones que en ellas
hace el único y absoluto personaje que las domina: la propia locura, a través
de la cual habla el escritor, en tiempos duros de inquisición en los que había
que apelar al ingenio para expresar las ideas.