El concepto de gremio es de origen medieval y
servía inicialmente para designar a los agrupamientos de artesanos -maestros,
oficiales y aprendices- dedicados a determinado oficio, bajo la formal promesa
por parte de sus miembros de mantener en reserva los secretos profesionales, so
pena, incluso, de perder la vida en caso de incumplir el juramento.
Dos décadas después del triunfo de la
independencia mexicana un pensador azteca afirmaba que el espíritu corporativo
era el principal obstáculo para impulsar los cambios, destacando como
principales dueños de dicho espíritu a dos instituciones: el ejército y la
iglesia, precisamente las más jerarquizadas de la sociedad, según lo explicaba
Sigmund Freud.